Cómo te comprendo. En mis épocas de inmigrante-sin-permiso-de-trabajo, deprimiéndome porque la sombra de la Maruja Incipiente me acechaba de cerca, yo hubiera aceptado incluso un puesto de sexadora de pollos. A tiempo parcial o completo.
¿Y los enseñabas a clavar clavitos como pablito? ¿Y luego uno decía que no, que el clavitos no, que a él dale escarpias? ¿Y entonces rizaste más el rizo y alos enseñaste a que usaran no sólo el martillo sino también el taladro, y lo dejaran luego todo recogidito y limpito y los cuadros derechitos, bien colgados? ¿Ves? Es que eres la mejor...
hazte poeta los poetas viven del aire, se sientan en las avenidas a ver como cae la tarde y con eso tienen. luego viene la gente y se sienta y te dice qué te pasa y tu les cuentas y luego te invitan a cenar y te dicen, ay qué bien hablas, ay ay ... pero luego se van, así que al día siguiente vuelves a la avenida.
Lau, el neopreno me queda regio, y con el pelo pegado a la frente y las gafas y el tubo estoy definitivamente arrebatadora.
Arantza, si yo te contara en las cosas en las que he trabajado... no, ésta no sería la peor.
Cuinpar, en mi sueño no quedaba claro en qué consistía el adiestramiento, pero creo que era más bien cosa de enseñarlos a sentarse, a dar la patita, a no morder a las visitas... Yo de bricolaje no tengo mucha idea. Ni poca. Ni ninguna.
bleuge, gracias, pero se me daría fatal ser poeta. No sólo mi talento para eso es cero. Es que a mí me gustan la disipación y el lujo, y además, considerando el imán que tengo para los pirados, ponerme a hablar con la gente de cómo cae la tarde en la avenida... No.
Aire, en el momento en que quieras mantenerme no tienes más que decirlo, ¿eh? A mí y a Pinito, claro. Nosotras encantadas.
Ay... que ya la veo vestida de neopreno color ciclamen y mirando a los tiburones con ojos tiernos intentando convencernos de que semejante colección de dientes reunidos son más ricos que una manada de corderitos blancos. (Debería cenar solamente un yogur y cereales, querida, que esos sueños son fatales fatalísimos)
La educación de escualos ya no es lo que era, las cuatro reglas y las capitales de Europa. Ahora te pasas la mayor parte del tiempo rellenando papeleo absurdo, aplacando a padres pirados y doblando resmas de papel de colores para los actos del Día del Cartílago. (Patán)
Yo soy quien dejó el trabajo. No es por el frío. Es que incluso los más aplicados se despistan, porque mientras te miran por un ojo, con el otro miran al otro lado, y así no hay quien los mantenga atentos, y empiezan los murmullos.
Pues yo creo que poeta ya eres, lo que pasa es que escribes aprovechando los renglones hasta el final. No sé cuánto te costó escribir "Vida tinta", pero cuando saques otro así yo estaré de primera en la cola de la librería. Y procuraré no hacer como con este, que lo voy prestando por ahí a todo el mundo y así no hay manera de aumentar las ventas. Tú tranquila que de esta salimos.
(ah, y tú préstalo tranquila, que eso es promoción y difusión; hazte cuenta que eres una biblioteca unipersonal con servicio de animación a la lectura)
Allí estaré... como un clavo submarino. Me alegro de verla, Lupe, en su nueva casita. Es más amplia, joé, le caben los bichitos y se le puede mirar de frente, que ya estábamos del arito hasta la glándula cooperativa. Gusto desiyagain. H.
Me manda Gin para que conozca tu blog y, como siempre, tenía razón. Es estupendo. Ya te enlazo. A mí me ofrecieron en una ocasión volverme loco y dije que sí. Y ahora soy novelista. Estas cosas suelen pasar. Usted diga que sí a todo. Pero cuide los dedos cuando se acerque a ese tiburón martillo porque tiene que pulsar las teclas de su ordenador.
Me alegro de que le guste, señor Buscema, a usted y a sus glándulas. Y es verdad que esto está lleno de bichos. Yo soy mucho de National Geographic.
Beguito, qué bien, ronda de cumpleaños y todo... Muchísimas gracias.
Ay, Barconpalabras, de lagarta nunca me ofrecen nada. Una pena.
Gracias, Gabriel. No creo que haya peligro. Yo, como hace el encantador de perros, don César Millán, que me he fijado y tiene diez dedos: mirada magnética y, para los más recalcitrantes, raqueta de tenis.
23 comentarios:
may you need an assistant?
Y yo que te veo de neopreno... que estar mucho en remojo tiene su efecto en el pelo...
Cómo te comprendo. En mis épocas de inmigrante-sin-permiso-de-trabajo, deprimiéndome porque la sombra de la Maruja Incipiente me acechaba de cerca, yo hubiera aceptado incluso un puesto de sexadora de pollos. A tiempo parcial o completo.
¿Y los enseñabas a clavar clavitos como pablito? ¿Y luego uno decía que no, que el clavitos no, que a él dale escarpias? ¿Y entonces rizaste más el rizo y alos enseñaste a que usaran no sólo el martillo sino también el taladro, y lo dejaran luego todo recogidito y limpito y los cuadros derechitos, bien colgados?
¿Ves? Es que eres la mejor...
hazte poeta
los poetas viven del aire, se sientan en las avenidas a ver como cae la tarde y con eso tienen.
luego viene la gente y se sienta y te dice qué te pasa y tu les cuentas y luego te invitan a cenar y te dicen, ay qué bien hablas, ay ay ... pero luego se van, así que al día siguiente vuelves a la avenida.
Bueno, bueno, Bleuge, bien está que le sugieras hacerse poeta. Pero vivir de mí... Eso tendría que proponérselo yo, ¿no?
Vamos, digo yo.
Allá voy.
Ayudante, sure, darling.
Lau, el neopreno me queda regio, y con el pelo pegado a la frente y las gafas y el tubo estoy definitivamente arrebatadora.
Arantza, si yo te contara en las cosas en las que he trabajado... no, ésta no sería la peor.
Cuinpar, en mi sueño no quedaba claro en qué consistía el adiestramiento, pero creo que era más bien cosa de enseñarlos a sentarse, a dar la patita, a no morder a las visitas... Yo de bricolaje no tengo mucha idea. Ni poca. Ni ninguna.
bleuge, gracias, pero se me daría fatal ser poeta. No sólo mi talento para eso es cero. Es que a mí me gustan la disipación y el lujo, y además, considerando el imán que tengo para los pirados, ponerme a hablar con la gente de cómo cae la tarde en la avenida... No.
Aire, en el momento en que quieras mantenerme no tienes más que decirlo, ¿eh? A mí y a Pinito, claro. Nosotras encantadas.
Ay... que ya la veo vestida de neopreno color ciclamen y mirando a los tiburones con ojos tiernos intentando convencernos de que semejante colección de dientes reunidos son más ricos que una manada de corderitos blancos.
(Debería cenar solamente un yogur y cereales, querida, que esos sueños son fatales fatalísimos)
Si sobrevives a Pinito yo creo que puedes con cualquier animal, incluido el dragón de Komodo...
JEJE... QUÉ DIVERTIDO LEEROS...
La educación de escualos ya no es lo que era, las cuatro reglas y las capitales de Europa. Ahora te pasas la mayor parte del tiempo rellenando papeleo absurdo, aplacando a padres pirados y doblando resmas de papel de colores para los actos del Día del Cartílago.
(Patán)
Yo soy quien dejó el trabajo. No es por el frío. Es que incluso los más aplicados se despistan, porque mientras te miran por un ojo, con el otro miran al otro lado, y así no hay quien los mantenga atentos, y empiezan los murmullos.
Vuelvo.
Ay, Ginebra, ¿color ciclamen? Me echan del club de buceo y los tiburones me pierden el respeto. Yo, de negro.
Aracne, tienes mucha razón. Pinito es peor que ningún pez-martillo que yo conozca. Y hace mucho más ruido.
Beguito, tú que eres agradecida.
Patán, sí, y además hay que estar diciendo "escualos y escualas" todo el rato y se pierde mucho tiempo.
Anónimo, me encantaría saber quién eres. Porque igual te robo la idea o algo.
Pues yo creo que poeta ya eres, lo que pasa es que escribes aprovechando los renglones hasta el final. No sé cuánto te costó escribir "Vida tinta", pero cuando saques otro así yo estaré de primera en la cola de la librería. Y procuraré no hacer como con este, que lo voy prestando por ahí a todo el mundo y así no hay manera de aumentar las ventas. Tú tranquila que de esta salimos.
Gracias, Cíes. Muchas, muchas, muchas.
(ah, y tú préstalo tranquila, que eso es promoción y difusión; hazte cuenta que eres una biblioteca unipersonal con servicio de animación a la lectura)
Allí estaré... como un clavo submarino. Me alegro de verla, Lupe, en su nueva casita. Es más amplia, joé, le caben los bichitos y se le puede mirar de frente, que ya estábamos del arito hasta la glándula cooperativa. Gusto desiyagain.
H.
Yo también correré a la librería en cuanto salga otro librito, que se me está acabando la ronda de cumpleaños regalando Vida Tinta...
y una pregunta... ¿El trabajo es de Lagarta-clavo?
barconpalabras
Me manda Gin para que conozca tu blog y, como siempre, tenía razón. Es estupendo. Ya te enlazo.
A mí me ofrecieron en una ocasión volverme loco y dije que sí. Y ahora soy novelista. Estas cosas suelen pasar. Usted diga que sí a todo. Pero cuide los dedos cuando se acerque a ese tiburón martillo porque tiene que pulsar las teclas de su ordenador.
Me alegro de que le guste, señor Buscema, a usted y a sus glándulas. Y es verdad que esto está lleno de bichos. Yo soy mucho de National Geographic.
Beguito, qué bien, ronda de cumpleaños y todo... Muchísimas gracias.
Ay, Barconpalabras, de lagarta nunca me ofrecen nada. Una pena.
Gracias, Gabriel. No creo que haya peligro. Yo, como hace el encantador de perros, don César Millán, que me he fijado y tiene diez dedos: mirada magnética y, para los más recalcitrantes, raqueta de tenis.
Empieza mejor con Pino, y ya de ahí vas subiendo... :P
Zorro, bonito, era un sueño, pero si me dan a elegir, ya estoy cogiendo el equipo de buceo.
Bueno, yo cuando estuve en Tenerife hace unas semanas soñé con jabalíes de agua, en mi favor no tener que adiestrarlos, claro!
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