8 de junio de 2009

Manchas

Elenita entra en la tintorería arrastrando una bolsa enorme con un asa rota. Dentro, un edredón de color beige por una cara y burdeos por la otra.
Elenita: Buenos días.
Señora [toda eficiencia]: Buenos días. ¿Tiene ficha aquí?
Elenita [pensando si se referirá al edredón o a ella]: No.
Señora: Pues vamos a reconocerlo. Póngalo aquí.
Elenita [dándose cuenta de que es lo mismo que le dicen cuando va al veterinario, levantando el edredón en peso y esperando que no le dé un mordisco] : Venga, arriba, pórtate bien, que no te va a doler.
La señora mira a Elenita con una cara rara. Luego mira el edredón, que está quieto y callado.
Señora: Tiene manchas.
Elenita [sonriendo tontamente]: Claro, por eso lo traigo.
Señora: ¿Y de qué son?
Elenita: De todo un poco.
Señora [tecleando y señalando a la vez]: Vamos a ver. Ésta.
Elenita: Loción hidratante de vainilla de Tahití.
Señora: ... hidratante. ¿Y ésta?
Elenita: Helado de chocolate belga.
Señora: ... chocolate. Ésta.
Elenita: Vómito de perro.
Señora: Ah... perro... ¿Y ésta?
Elenita: ¿Quedan más?
Señora: Con ésta creo que ya terminamos.
Elenita: Pues no me acuerdo.
Señora: Parece...
Elenita:
Eh...
Señora: Ah...
Elenita: ¿La Península Escandinava?
Señora: No, digo que parece de origen orgánico.
Elenita: CSI.
Señora: ¿Cómo?
Elenita: Que lo deje. Que cuándo vengo a buscarlo.
La señora teclea, medita sobre el paso inexorable del tiempo, suspira.
Señora: El miércoles. Son doce euros. Firme aquí, e-xo-ne-rán-do-nos de toda responsabilidad sobre las manchas.
Elenita firma. Luego duda.
Elenita: Mire, y si el vómito no fuera de perro, sino de persona, ¿sería distinto?
Señora: Tampoco nos haríamos responsables.
Elenita: Ah.
Señora: Tome. Una tarjeta de fidelidad. Si nos trae diez prendas, le regalamos la limpieza de una.
Elenita: ¿Valen alfombras?
Señora: No.
Elenita: ¿Y cortinas?
Señora: Tampoco.
Elenita se va, calculando la cantidad de desastres perrunos y humanos que tienen que darse para que esto le salga medio rentable. Nada, no hay manera.

8 comentarios:

aire dijo...

Pinito haría cualquier cosa por sacarle partido a esa tarjeta de fidelidad.

si, bwana dijo...

Esto me recuerda lo que le sucedió a mi mujer en una tintorería en Londres. Al ir a recoger un traje, notó que tenía una mancha y se lo reclamó a la encargada de la tintorería.
"Just ignore it", fue la contestación de la señora.

veterinaRiA dijo...

Firmo lo de Aire. Esa prenda de regalo está hecha. Me encanta Elenita. Qué ganas de ir al veterinario.

Arantza dijo...

Y yo me digo : pongamos que la MODOD (mancha orgánica de origen desconocido) es, por poner un ejemplo, una mancha de fluído corporal de un apolíneo gimnasta eslavo de vacaciones en Canarias (esto es un ejemplo, pura hipotésis)... lo interesante que tiene que ser trabajar en una tintorería y que la gente justifique sus manchas con ese tipo de explicaciones. Y preguntarles los por qués, y los detalles, y que balbuceen nerviosas excusas. Sé que estoy enferma, lo sé.

Gabriel Ramírez dijo...

A mí me exoneraron una vez y, desde entonces, no levanto cabeza.

Ginebra dijo...

Lo sorprendente es que le haya dado explicaciones sobre las manchas a la dependienta de la tintorería. Bueno, eso y que sepa exactamente de qué es cada mancha; yo es que no les tomo la filiación, para mí son todas iguales.

La Lupe dijo...

Sí, Aire, Pinito pondría todo de su parte para que no se perdiera ni un solo punto de fidelidad. Por ejemplo, podría intoxicarse y emitir toda clase de cosas desagradables por todos sus orificios corporales. Indistintamente y a presión. Lo digo así, a modo de hipótesis. No es que haya sucedido, ni que nadie haya tenido que tirar a la basura dos fregonas y tres toallas, ni gastarse 75 euros en el veterinario, ni darle medicinas y alimentos raros siete veces al día, ni nada, no.

Sí, bwana, si lo piensa es la actitud más adecuada para evitarse úlceras y pasiones de nervios; y entre las tintorerías inglesas debe estar muy extendida.

Veterinaria, te echo mucho de menos. Mucho-mucho. Y Pinito. Y el perro ficticio de Elenita. Y hasta el edredón, que me parece que está enrazado con dálmata.

Arantza, guapa, si tú estás enferma, yo tengo lo mismo, en la variante subtropical. Me imagino trabajando en el tinte y yendo por la calle y diciendo "ah, mira, ahí va la que se lleva la leche condensada a la cama y se la come con nocilla a cucharadas alternas mientras ve a Tony Soprano en la tele de pago".

Gabriel, ¿en latín? Porque a mí me han dicho que si te exoneran en latín es como si te poseyera un espíritu nuevo, que no sé yo... Lo mío fue en español, que impresiona menos. Palabra clave (compuesta): ¡Arriba-la-cabecita!

Gin, yo la comprendo, porque usted es discreta, pero Elenita, si le preguntan, tiende a contestar dando detalles, y así le va... Y de las manchas tenía, en general, la memoria fresca y mucho sentimiento de culpa.

El Zorrocloco dijo...

Es enternecedor lo mucho que quieres a Pinito, Lupe. Digo yo, porque si no hace tiempo que habría sufrido un "accidente" :P

Qué triste lo de tener que decir de dónde han salido las manchas, por cierto. Además, ¿para qué? Como diría House: "los clientes siempre mienten"