16 de septiembre de 2010

Septiembre

[En la azotea de casa, a las siete de la tarde]

Madre: Vístete, hombre, de verdad, yo no sé qué haces todo el rato en pelotas.

Niño de tres años [muy digno]: Es verano.

Madre: Ya, pero te puedes poner un bañador, unos pantalones cortos, algo. No está bonito que vayas siempre desnudo.

Niño de tres años [filosófico]: Cada uno es cada uno.

Madre [sorprendida]: Sí.

Niño de tres años: Además, al cole voy vestido.

Madre: Claro. Eso no es negociable.

Niño de tres años [cambiando de tema]: ¿Sabes qué aprendí en el cole?

Madre: ¿Qué?

Niño de tres años: ¡Caraculo!

Madre: Ah, mira qué bien. Corre y díselo a tu padre, anda.

Niño de tres años: Ya se lo dije ayer. Cuando me mandó a vestirme.

Madre: Y ponte unos zapatos. Haz el favor. Ya.

Niño de tres años: Yo sin zapatos soy más feliz.

Madre: Dios. No me queda nada.