9 de mayo de 2010

Berberechos

[éste es para Blanca]

Vino a casa el señor del Mercadona y me trajo la compra. Yo no me acordaba de haber hecho compra ninguna, pero no protesté, porque el señor no me pidió dinero. Lo dejó todo en el suelo de la cocina y se fue sin decir palabra. Vamos, a cuenta de qué iba yo a querer dieciocho latas de berberechos, y cerveza sin, y leche de soja, y maizena, y almendras marconas, y bolsas de basura perfumadas con autocierre... Pero cuando estaba colocándolo todo en la despensa y pensando que hay que aprovechar lo que sea que nos mande el destino, sobre todo si es comestible, sonó el timbre otra vez, y era la señora Teresa, testiga de Jehová, que estaba preocupada por mí porque hacía mucho tiempo que no me veía, y pensaba que me habían ingresado o que me habían desahuciado o peor, que ya estaba muerta y enterrada. No, no, señora, tranquila, que estoy bien, ¿ve?, lo que pasa es que no tengo ganas de abrir la puerta, porque ya no me caben más revistas de esas en el mueble de la entrada, compréndame, y además toda la historia de que se acerca el fin del mundo me deprime bastante. La señora Teresa dijo que me comprendía perfectamente y que lo único que quería era interesarse por mí y ayudarme, y que me dejaba este papelito con su número de teléfono por si necesitaba algo. Yo le di las gracias con mucho sentimiento, adiós, adiós, hasta la próxima. Volví a la cocina y seguí mirando la compra y encontré huevos de codorniz. Vale que no era domingo ni día de fiesta ni había gran cosa que celebrar, pero qué coño, decidí, la vida es breve, sobre todo la mía, y además si nos ponemos estrictos eran como de juguete, los huevos, no contaban como huevos-huevos. Así que saqué la sartén y me preparé media docena, con ajitos por encima, y pensé "qué pena que en el Mercadona no vendan huevos de avestruz". Y cuando estaba en pleno coger pan-mojar pan en esas yemas minúsculas, otra vez tocaron a la puerta. Que no abrí, primero porque los huevos fritos son sagrados y no hay nada que merezca que se enfríen. Y después porque lo más seguro era que vinieran a reclamarme la compra que no había hecho, y no, para un regalito que me manda la providencia, no, lo que se da no se quita.
Si alguien está interesado en un lote de berberechos al natural, a buen precio, que lo diga. Van de maravilla con la leche de soja.

10 comentarios:

Rodericus dijo...

Totalmente de acuerdo, unos huevos frios son una herejia, y seguramente serian los pesados de Gas Natural intentando venderte la electricidad, que Alá los confunda.

Reina del Mango dijo...

Ay, Lupe, qué pena, porque a mí de chica me entusiasmaban los berberechos, hasta que un mal día alguien me desveló que no me estaba comiendo pongamos el rico solomillo o la jugosa pechuga de un misterioso bicho marino, sino al bicho entero... No pude comerlos más, boba que es una.

Reina del Mango dijo...

Ay, no, mejillones, eran los mejillones.

Cuinpar dijo...

Pues la rebe hace un paté de berberechos que se sale.

Don Peperomio dijo...

viva!

si, bwana dijo...

¡Stupendo! Es una pena que la cervea fuera "sin". ¡Buen provecho!

La Lupe dijo...

Allá voy.

Rodericus, aquí en las islas no tenemos Gas Natural. Pero los de Telefónica y los de Unelco-Endesa nos maltratan igual, sin piedad ni consideración. El otro día me llamaron a las 8:00 a.m. para preguntarme si estaba satisfecha con mi línea de teléfono. Oh, sí, satisfechísima, feliz.

Reina, yo no he podido nunca con los berberechos ni con los mejillones. Hasta que una vez en Italia pedí "Zuppa di cozze", así, al azar, y qué cosa más rica.

Cuinpar, desde aquí aplaudo escandalosamente y le tiro confeti a la Rebe. ¿Tú qué sabes guisar? ¿Eh?

Martin, ¡viva! No sé qué, pero que viva.

Sí, bwana, las alegrías no suelen ser completas. Pero una se apaña con lo que le cae del cielo.

Cuinpar dijo...

Pues yo hago una cinta de lomo rellena bastante rica. Y las albóndigas me salen de rechupete, y el gazpacho y el salmorejo. El hígado encebollado no se me da mal tampoco. Ah, y mi madre dice que la carne de baifo, en cualquier variante, me queda mejor a mí que a ella.
Qué vergüenza venderme así.

La Lupe dijo...

Te compro, bruja.

Blanca Villa dijo...

Algún día tendrás que hablar de cocodrilos, también. Gracias, preciositud. :)