15 de abril de 2011

Escorbuto

Papá nos reparte naranjas chinas y nos dice que tenemos que comer fruta, que las vitaminas son muy importantes y no se puede vivir sin ellas. “Sí se puede”, decimos nosotros. Entonces Papá nos explica que antes los marinos se embarcaban y se pasaban meses tomando sólo pan bizcochado, agua, y ron, y a veces pescado; a nosotros eso nos parece un asco, aunque si el pescado fuera atún de lata con mayonesa... Papá sigue, no había neveras y los marinos no se podían llevar la fruta, porque se echaba a perder y la bodega del barco se llenaba de gusanos, y como la gente no comía vitaminas les daba una enfermedad que se llama es-cor-bu-to, y les pasaban un montón de cosas horribles, por ejemplo, se les caían los dientes, y se llenaban de manchas moradas, y las cicatrices que ya tenían cerradas se les volvían a abrir, y si se habían roto algún hueso, se les volvía a romper solo y no se volvía a pegar. ¿Y les salía sangre? Sí. ¿Y se les salían las tripas por la barriga para afuera? Según. ¿Y les dolía? Mucho. ¿Y a los piratas también les pasaba eso? Sí, a todos los que no comían fruta. Así que cuidadito.
Nos tragamos las naranjas y pensamos. “Vale que yo era el capitán pirata”, le digo a mi hermano el segundo, “y tú eras otro pirata, pero mandabas menos y te amotinabas”, y mi hermano el segundo no me hace caso, así que le hablo a mi hermana la tercera, “y entonces de repente nos daba el escombruto a todos y echábamos sangre hasta por los ojos y teníamos que buscar fruta como fuera y desembarcar en una isla”, y mi padre, "escorbuto, se dice escorbuto", y mi hermano el segundo, “vale que el capitán pirata era yo y cuando tú te amotinabas mandaba que te lanzaran a los tiburones”, y yo, “vale que yo entonces te escupía sangre a la cara, y unos cuantos dientes, y tú te morías de asco, porque eres un escrupuloso”, y mi hermana la tercera, “vale que yo era contrabandista y tenía un alijo de fruta y se lo vendía a ustedes y me hacía rica millonaria”, y mi hermano el cuarto “¡ta!”, y yo, “vale que los piratas te robaban el alijo y te mataban para que te estuvieras callada”, y mi hermana la tercera, “vale que yo volvía en fantasma para castigarles”, y mi hermano el segundo, "vale que yo los torturaba a todos", y mi hermano el cuarto “¡ta!”.
Papá habla solo. Dice "ah, qué educativo todo", y se come una naranja.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo "vale que da gusto volver a entrar en tu blog después de tanto tiempo y leerte y disfrutar así".

Anónimo dijo...

Me ha encantado el texto. Me ha parecido muy entrañable, sobretodo a mí, que no tuve hermanos. Habría molado.

si, bwana dijo...

Con una pastillita de vitaminas al día no habría problemas. Los chavales lo prefieren a tener que pelar la fruta. No es que no les guste, es que tienen pereza de pelarla. (Por éso prefieren plátanos, que se pelan más´fácil).
¡Bien hallada!

tiny MAN dijo...

Ay! y a mí que de pequeño me escondías las naranjas porque comía demasiadas y me repetían una y otra vez que iba a pillar la "escorbutina"... digo yo que la escorbutina sería el exceso de vitamina... cosas de antiguos!
Gracias por la reaparición, gracias por volverme a provocar las risas.

Blanca Villa dijo...

Ni me voy a molestar en ser aguda y sorprendente, joven. Sólo diré: ¡¡¡¡qué alegritud, Mariache de mi vidaaaaaa...!!! Y usted le añade la musiquilla de copla que más le agrade. ¡Ains...! :">

Blanca Villa dijo...

(juro que la "palabra de verificación" que me ha pedido el cacharro éste para el post anterior es "ingenion". 'Casualidad llaman ls bobos al destino', que dice alguien a quien quiero truly que te cambas...)

Joaquín Artime dijo...

DA GUSTO Y ALEGRÍA!!!

concha hernandez dijo...

Vale que ya está aquí mi Mariache, y que yo estoy mas contenta que unas pascuas, y que me eche unas buenas carcajadas a tu salud

Besos

Alicia dijo...

Clásicas las historias "educativas" para que los niños hagan lo que les pides. Mi madre nos salió -a mis hermanas y a mí- con la mamarrachada de que las zanahorias te ponían los ojos azules... creativa ella.

Anónimo dijo...

Señores, soy la Lupe, llevo dos días tratando de contestarles y esto no me deja entrar con mi nombre. Hay un poltergeist o algo. Voy a probar en plan anónimo, a ver.

Esperanza dijo...

Impagable, Mery. Me alegro de que vuelvas por aquí de vez en cuando. Besitos!

A.Cantó dijo...

Otra que se une a la ola de alegría por ver una entrada nueva.
Qué gusto de hermanos tan teatreros.

La palabra que me pide teclear el chisme es "chingin". Lo juro.

Y por si me ve por aquí, un abrazo a la Reina, que me he quedado patidifusa al ver que ha desaparecido el blog. Espero que todas estén bien.

La Lupe dijo...

A ver si ahora...

Anónimo, gracias, mola mucho que vengas a jugar con nosotros.

Abisal, gracias, pero mira, yo me pasé la mayor parte de la infancia preguntándole a mi madre con voz lastimera qué necesidad había de tantos niños.

Bienhallado, Sí bwana, y yo entiendo el principio, pero donde yo me crié no son de pastillas; más bien son fervientes defensores de la educación nutricional, que consiste en no comer nunca lo que a una se le apetece.

Tiny man, gracias por reírte, me encantan tus seres minúsculos, tan dignos ellos, tan convencidos de ser de verdad.

Gracias, BVG, con fanfarrias y guirnaldas de flores y todo.

Ay, Joaquín, muchas gracias por el entusiasmo.

Qué bien, Conchi, pero las risas tuyas no tienen mucho mérito, que te empiezas a reír antes de que diga nada.

Alicia, estaba pensando que, en realidad, si le das a alguien con una zanahoria cruda en el ojo, se le pone azul. Así que mentira-mentira no es.

Gracias, Aracne, guapa. Pongo de mi parte, te lo juro.

A. Cantó, gracias, y no te preocupes, que la Reina del Mango está, como su propio nombre indica, regia. El jueves quedé con ella a tomar café; le doy tu recado.

Reina del Mango dijo...

Grande, Lupe.

A. Cantó querida, como dice mi Lupe, la felicidad no da para contar historias :-)

Unknown dijo...

?que es mi wap