22 de marzo de 2009

La documentalista (II)

La documentalista está sentada delante del ordenador, toda preocupada. Porque acaba de descubrir que en su base de datos hay dos libros que se llaman igual, “Descripción de las Yslas de Canaria”. Y el autor también se llama igual, Pedro Agustín del Castillo. Así que, razona ella, debe de ser el mismo libro. Sólo que uno es de 1686 y el otro de 1739.

La documentalista se muerde una uña. Luego el dedo entero. Deja de morder cuando llega a un anillo que parece relleno de Cristasol. “¿Me habré equivocado con la fecha? ¿Habré hecho dos fichas distintas del mismo libro? ¿Qué probabilidades hay de que dos tíos con el mismo nombre y apellido hayan escrito un libro con el mismo título con 53 años de diferencia?”.

Entonces suena el teléfono y es un ser humano que pregunta amablemente si puede ser que la documentalista tenga a mano “el libro negro aquel que estaba mal encolado, el de los alemanes”. “Sí”. La documentalista ya no sufre, porque ha conseguido hablar su idioma. Seis meses le ha costado, pero no hay obstáculo que no venza la constancia. El ser humano, contento, dice que ahora se acerca a por él. Muy bien. Adiós.

La documentalista mira en las fichas dónde están guardados los (¿los?) libros de Pedro Agustín del Castillo. Lejos, en otra sede. Mierda.

Tocan a la puerta. La documentalista se preocupa más. Porque cree que el ser humano ha adquirido el poder del teletransporte y se ha plantado allí, cuando ella todavía no se ha levantado de la silla para coger el estudio de Marcos Sarmiento sobre los viajeros alemanes en Canarias (eso era lo que le estaba pidiendo, sí). Pero cuando va y abre es el cartero, que trae un paquete. Un paquete del Canadá.

¡OH!

¡CANADÁ!

La documentalista se muere de curiosidad. El paquete es blanco y rojo, con dibujitos, y tiene aire de regalo.

¡OH!

Y cuando lo deshace, dentro hay... hay... un trozo gordo, oscuro y aromático del What-the-dickens-whisky-fruitcake de Arantza. Envuelto con infinito cuidado, como para aguantar un viaje de casi 6.000 kilómetros. Por mar. Y la documentalista salta y se olvida del universo y se prepara un café con leche y se corta una rebanadita de queque, y lo muerde, y se siente arrebatadamente feliz y agradecida. Ah, está riquísimo, con sus pasas y su jengibre y sus nueces y sus especias. La documentalista lleva mucho tiempo sin beber alcohol por orden del médico migrañólogo, que le mandó unas pastillas crueles y siniestras, tanto que la mayor parte de los días ella preferiría el dolor de cabeza. Pero nadie le dijo que no comiera alcohol.

¡OH!

Otro poco.

Otro café.

Un pedacito más. Pequeño. Bueno, mediano.

Tocan a la puerta. ¿Será el cartero otra vez?

No. Es el ser humano. “Hostia. El bibro. Biblo. Juacs. Bibrlo no. Li-li-liibro. Eso. Negro, mal encorrlado. Pero antes de ir a abrir la puerta tengo que guardar el queque. Que es mío y sólo mío. Mi tesoro... MÍO”.

La documentalista se levanta y se tambalea un poco. Se vuelve a sentar. El ser humano, el pobre, toca a la puerta más fuerte. Ahí se va a quedar. “Mañana se lo doy, si total a él le da igual, si ya lo ha leído y sabe cómo acaba; los alemanes se vuelven toditos para su casa”, se dice, llena de razones y de whisky, la documentalista.

Suena el teléfono. “Y ahora seguro que es Pedro Agustín del Castillo. Pues no lo cojo. Que son ganas de joder nada más. Que llame mañana”. La documentalista se pone otro café y piensa qué canción irá mejor con este colocón tan bonito que tiene.

26 comentarios:

Gabriel Ramírez dijo...

Como todo el mundo sabe es necesario tener siempre una empanadilla a mano cargada de vitamina B12.
Por cierto, me dicen que se ha visto a un ser humano con los nudillos destrozados en la Plaza de España de Santa Cruz. Arrodillado, llora sin parar, diciendo no sé qué cosas sobre un libro cargado de What-the-dickens-whisky-fruitcake que ha llegado de Alemania para que lo cocine en Canadá una mujer española. Una cosa así.
Saludos.

Arantza dijo...

Estooo, yo tampoco pretendía arruinar tu vida laboral empapando de alcohol tu migrañoso -y extremadamente talentudo- cerebro. Si puede servir para arreglarlo, estoy dispuesta a mandarles un pedazo de fruitcake a Jose Agustín del Castillo (o a su descendiente más directo) y al ser humano que se quedó plantado sin su libro. Vamos, por sobornar que no quede. Por cierto, voy a imprimir y enmarcar tu descripción de mi queque y la voy a colgar de la pared de esta cocina montrealesa.

Wara dijo...

Di que si. Vuelva usted mañana, caramba.

Ginebra dijo...

¿Y lo bien que se ha quedado la documentalista? ¿Eh? Y el individuo, que se lea Harry Potter.

PD (para doña Arantza): Esto... que acabo de echar un vistazo a mi árbol genealógico y he descubierto que hay una ramita emparentada con José Agustín del Castillo... o sea... ya sabe...

Anónimo dijo...

La canción es cualquiera de María Jiménez.
De nada.
(Fíjese en mi apellido, ocultado hasta ahora, Arantza. Las pasas no me gustan, pero bueno)

Anónimo dijo...

Buenos días a todos ¿Ha preguntado alguien por mi?

La Lupe dijo...

Están ustedes más borrachos que yo.

Es PEDRO. Pedro Agustín del Castillo. Y al final eran dos libros distintos.

El queque es para mí. MÍO. Ustedes, perdonen que lo diga así, tan crudamente, no tienen merecimientos.

Un queque para gobernarlos a todos, un queque para encontrarlos, un queque para atraerlos y atarlos en las tinieblas, en las tierras de Mordor, donde se extienden las sombras...

Luego vuelvo.

Anónimo dijo...

Y yo sin comer...

aire dijo...

¿Tuyo? A ver cómo haces para que no lo huela Pinito.

La Lupe dijo...

Ay.

Pues, Gabriel, lo de la empanadilla super-vitaminada suena bien, pero lo demás... no sé... será la resaca.
¿Y mi palabra clave?

Arantza, mi vida laboral ya estaba arruinada mucho antes de que ese queque glorioso y sutilmente amargo le diese media vuelta al planeta y aterrizase aquí. Y, desde luego, no fue por culpa del alcohol. Por favor, no vayas a sobornar a nadie que no sea yo, ¿eh? Por favor.

Wara, la gente no tiene paciencia. Me extrañó sobre todo viniendo de Pedro Agustín del Castillo, que debía llevar muerto dos o trescientos años.

Eso, Gin. Que bien que me comprendas. La familia Dry-del Castillo es lo que tiene, mucha comprensión.

Cuinpar, pues algo tuyo sí podrían ser los señores del Castillo, que eran de allá de por tu pueblo, y tenían muchas tierras y caballos...

José Agustín, ¡impostor!

Aloloco, pobre. Tele-fruitcake no hay. Lo siento.

Aire, olerlo lo olía. Para mantenerla a distancia me valía de una silla y de un látigo restallante. Todo tiene un límite.

Ser humano, si lees esto no te enfades. Los seres humanos están muy bien. Hay pocos.

Anónimo dijo...

De verdad ,me rio con todas tus historias,hazle caso a Gabriel y ten la vitamina B12 a mano,poque entre esos regalos y los que te hace Pinito,a lo mejor las necesitas
Por cierto, le pusiste el nombre por Pinito del Oro?

Un saludo ,paisana

Anónimo dijo...

He salido como anonima,pero soy araceli
Aver si ahora quiere identificarme

Anónimo dijo...

¿Oyó a la Lupe, Aranza? ¿La oyó? ¿Eh?

Anónimo dijo...

Parece que el objeto de atención es el queque más que las tribulaciones de la documentalista o la ruptura de agenda de mi humilde persona.
No se si será por la crisis (falta de medios para obtenerse un queque propio) o por nostalgia (por lo que tiene un queque de cariñoso, de afectos maternales o abueliles, tardes de invierno, tazas humeantes) pero hay que ver que efecto tiene un queque (eso sí, especial) en la parroquia por estos días. Por otro lado, todos se preocupan de Pedro Agusto del Castillo pero nadie parece acordarse del ser humano que hizo el viaje en cubo.

PD:
Secretario Artiles 50, 36.
Las Palmas de GC, 35007
Las Palmas.

Anónimo dijo...

Señorita documentalista,
En atención a su talento, quedo a su disposición para aclarar cualquier duda sobre mi obra o mi longevidad.
Estoy a su disposición en la dirección abajo indicada.

PD:
Secretario Artiles 50, 36
Las Palmas de GC, 35007
Las Palmas

Arantza dijo...

Aquí lo que hay es mucha hambre. Y la que partió hábilmente el error José-Pedro Agustín del Castillo fui yo, para desenmascarar impostores y usurpadores de queque (bueno, el cambio horario canadiense, la falta de café y las horas absurdas a las que me levanto y escribo también tienen algo que ver).
Una vez establecido estos precedentes, afirmo:
- Que soy estudiante, y ya ni siquiera soy becaria.
- Que mandar queques a todos los presuntos miembros de la familia del Castillo y a todos los seres humanos residentes en el archipiélago canario (residentes que parecen concentrarse en la misma calle, Secretario Artiles, curioso) me va a arruinar, y ando ahorrando para comprar una puerta para la barraca montrealesa. Sí, una puerta. Qué pasa.
- Que la Lupe vela por vuestra independencia y autosuficiencia personal, y en lugar de compartir su queque, comparte generosamente la receta de mi blog, porque siempre es mejor dar una caña de pescar que regalar pescado. Yo a ella le mandé el queque porque sé que es una minusválida del horno y yo las minusvalías las respeto mucho. Pero no me creo que todos los hornos de la España peninsular e insular estén poseídos como el suyo.

La Lupe dijo...

Araceli, de los regalos de Pinito es mejor que no digamos nada, hazme caso. Y le puse Pinito (si ya lo conté, párenme) porque desde muy chica tenía unos bigotes prodigiosos y se parecía mucho a una vecina de mi madre, que se llamaba así y era clavadita al Kaiser Guillermo II de Prusia. Aunque luego ha salido bastante trapecista, la perra.

Cuinpar, no hubo suerte, mi hija... Otra vez será.

Criatura mutante con domicilio en Secretario Artiles, 50, yo me pongo en tu lugar (bueno, en tus lugares), pero hay que entender a Arantza. Sólo me manda queques a mí, que soy la reina de los mares. Ella lo explica de otro modo, pero es eso.

Arantza, esto te pasa por hacer queques tan prodigiosamente perfectos. Si me mandas diez o doce regularcillos o incluso ruines, te doy mala prensa y zanjamos el incidente. En cuanto a mi discapacidad, voy progresando. Hoy he vuelto a asar con éxito DOS cabezas de ajo DOS.

Anónimo dijo...

Pero Aranza, mire que a mí no me gusta mucho el pescado, yo no quiero ni cañas ni peces ni nada. Sólo quiero un cacho de queque. ¿Es mucho pedir, eso? ¿eh? ¿EH?
(y no vivo en secretario artiles. Ese es un listo.)

Don Peperomio dijo...

oigan!
se reparten una tarta inexistente y no me avisan?
poca vergüenza....

Al menos podrías poner una foto del susodicho pastel.

(O de su esófago de usted, que seguro que es bello)

Gabriel Ramírez dijo...

Vendo vitamina B12. Razón en portería.
Si quieres algo, ya sabes, la palabra clave es: empanadilla.

Anónimo dijo...

ESO, ESO!! FOTO DEL BIZCOCHITO ESE... QUÉ HAMBRE... A VER QUIÉN SE LO EN-GULLE ANTES! (palabra clave: gulle)

Don Peperomio dijo...

no te lo vas a creer!!
palabra clave: mandabizcochoamartin

La Lupe dijo...

Demasiado tarde.
The fruitcake is no more.
It has ceased to be.
It's expired.
It's an ex-fruitcake.
Como el loro azul de Noruega de los Monty Python, en paz descanse, animalito. Que, si alguien no lo ha visto, por favor que lo busque en Youtube, que es tan, tan divertido, mil años después...
Vamos, que del queque no quedan ni las raspas, señores. Que cuando se terminaron las miguitas le di lametones a la platina.

David Vello dijo...

Y a todo esto, la documentalista no estaba muerta (de curiosidad)?

mío, mío .... suena a gato en realidad.

querida lupe sobre cierto tipo de mío mío entre determinado gremio, te invito a que lo leas. Te lo recitaría con gusto, pero eso será en otro momento.

un saludo

El Zorrocloco dijo...

¿Son cosas mías o leí hace un rato que estabas con fiebre?

Por si resulta que no estoy loco, un mimo y toma caldito caliente^^

La Lupe dijo...

Los mimos son muy, muy bienvenidos.

Los recitales gatunos o semigatunos, también.